intro

2-   ¿qUÉ es Esto?

8- eLla&el

 

      historias

9-   Diciembre nO  es    mEs    paRa    uN veLoRio.

15-  ConfiRmAdo ,   es     BoLudo

20- dE    tAcos    y    rAbonas

25- tHE yoUng bOys BooM boom

30- maRTINeZ coN ESe

35- FamiLiA tipO “b

37- KelLi, La rEinA

41- DiBuje, maesTro

maRca reGistRaDa

 

 

 

¿qUÉ es Esto?

Una voz pregrabada se oye a través de dos nobles bocinas. Sinceramente no se deduce el sexo del parlanchín, para ser masculina es muy aguda, y para ser femenina, ha fumado mucho. ¿Oyeron que paradoja?: la palabra masculino convertida en femenina, ¿será una palabra gay?.

Las cosas no siempre suenan bien como realmente son. Es por eso hoy estamos aquí.

“Había sido Jesús, por favor!, ¿nadie lo ha visto?, no lo puedo creer, es un sucio, siempre me hace lo mismo, dense cuenta!, nos hace lo mismo a todos. Siempre nos trata de aventajar de cualquier manera, de todas las maneras posibles. Nunca lo he visto jugar con las dos manos sobre la mesa, nunca me ha mirado a los ojos cuando me habla, nunca me mostró sus palmas cuando se justificó por alguna de sus tantas macanas, mentiras, perdón en su caso son cagadas. Les juro por la tumba de mi madre, que esta vez me cansé, me harté de su cara de ángel, de su particular y tranquilizante tono de voz, de sus famosas palabras que tanto ya escuché: “dejá, yo me encargo” o el famoso “no te preocupes, todo va a andar bien”, es como si se hubiera tomado mi último sorbo, ese el que más se disfruta, se saborea y luego de un par de segundos se incorpora al cuerpo. Porque el último no se compara para nada con el anterior, por favor!, el último se demora, se piensa, se lo mira, existe una especie de respeto por aquel culito de bebida que me espera en el vaso. Ni les digo cuando coinciden primero y último, eso es otra cosa. Perdón, pero creo haberme excedido en la comparación del trago, con respecto a como me siento cada vez que Jesús me supera. 

            Encima de todo se llama Jesús, cosa jodida si las hay, cargar con semejante nombre,¿verdad?. No es cualquier nombre, yo por lo menos, cuando me lo presentaron, le dije mi nombre y cuando escuché el de él, me llamó mucho la atención, y debo reconocer que una vez más me apresuré a emitir un juicio sobre alguien desconocido, pero el de aquel día fue un juicio muy desparejo, ya que a la distancia me doy cuenta que mis abogados nunca fueron a la cita. Jesús, y su nombre, su maldito nombre, esa fue la primera vez que me engañó, como tantas otras veces ya me había podido comprar, y aquella vez con su perverso nombre.”

             Se apagan las luces del oscuro escenario del Dream theatre de Arizona, digo oscuro porque las luces son dos lamparitas de apenas 60 w cada una. La gente que allí está, podría estar tranquilamente en una iglesia evangelista, como así también en el más mugriento cabaret de Colorado. Están, pero si no lo harían, nadie  intentaría enfadarse. Se prenden las luces de nuevo, pero para completar la atmósfera de típico bar rasposo, donde seguro hay un detective borracho apunto de retirarse y su compañero inexperimentado, se quema uno de los focos. Es ahí cuando aparece el creador de todo esto: El niño James Sheymss. Luego de unas palabras tan emotivas como una nueva receta de comida, el niño presenta a quien será su ayudante para exponer su nuevo trabajo. El desconocido, quien se apoda “sl”, toma el legendario micrófono cromado con rejitas, agradece las palabras de apoyo a James, y se dispone a hablar: 

             Muy bien, pensemos al menos por un segundo, ¿qué es esto que acabamos de oir aquí arriba?, lo que acaba de decir este hombre, ¿o acaso es una mujer?. Por un lado hay una real referencia que hace al trago, la manera que habla acerca de ese famoso “culito” nos daría a entender que quien habla es un hombre, me animaría a decir de unos cuarenta y pico, canoso, denota experiencia al hablar, mucho bar por las noches frías y demasiadas charlas acaloradas. Atención, ¿porque no una mujer?, al principio habla de mirar a los ojos, de mentiras y cagadas. Engaños me animo a arriesgar, y si Jesús era su pareja o amante. La verdad verdadera es que verdaderamente nos tiene que importar muy poco quien es Jesús y quien nos contó lo que acaban de oír o escuchar, más adelante entenderán su bronca.

            ¿Qué relación existe entre el relato y lo que vendrá?.

             El tema principal que debemos entender es la ira que tiene la persona que habla. A ustedes les pregunto: ¿Acaso nadie se agarró una bronca de tal calibre con un tercero? y aquí abarco desde un familiar, amigo, vecino, pareja o hasta con el mismísimo Dios.

            -Nadie contesta en la sala, se oye un silencio incómodo, esperado, pero muy incómodo al fin.-

            Entonces, como bien dice el título del primer acto: ¿Qué es esto?. Y esto es un extracto de una de las tantas historias que se verán a lo largo del experimnto.

            Entonces nace una nueva pregunta en ustedes: ¿Qué es el experimnto?

Es una realidad, una verdad, la sinceridad humana en el más puro estado, la liberación de las represiones, la exaltación del espíritu humano, que hacen del consumidor un ser simplemente transparente.

¿El consumidor de qué?. Sería una pregunta oportuna. Retacinol. Es la respuesta justa.

Nuevamente me preguntarán: Hey man, ¿Qué es esto?”. A lo que me veré obligado a responder, para la mejor decodificación y entendimiento del trabajo, (sonido de tambores, se viene la respuesta...): “Una píldora”.

Una píldora llamada Retacinol”, les digo.

-Se para un joven pelirrojo de la segunda fila y lee una pregunta de un papelillo amarillo.- Todo muy arreglado.¿no?-

Jóven: Pero, ¿qué hacen estas píldoras? ¿qué tienen de mágico y de interesantes para que un grupo de personas, se interesen en hacer una experimnto utilizándolas?

 -Que buena pregunta, y ¿sabes qué?, te la voy a responder.  El punto es que estas pastillas rompen una de las barreras más jodidas del inconsciente, entonces, las represiones afloran, el consumidor del Retacinol no se auto reprime absolutamente ningún pensamiento. La persona no razona que está bien y que mal, no piensa mucho, mejor dicho, piensa y dice, no oculta nada. ¿Ok?.

Lo más parecido al estado alcanzado por el Retacinol no es abalado actualmente por las autoridades gubernamentales: alcohol, drogas alucinógenas, la locura mental y demás “enfermedades” que hacen al hombre distorsionar la realidad. La diferencia es que el Retacinol no la distorsiona, la realidad sigue siendo lo que es, solo que el hombre que consume la píldora se convierte en un ser plenamente transparente, y es allí es donde se confunden realidad y ficción.

Cuando uno aparenta ser o pensar algo que es opuesto a su esencia, ¿está dentro de la realidad o simplemente se crea ese espacio para no pasar  un rato desagradable y  continuar la marcha sin quejarse ni quedar/caer mal?

Es divertido, pero también muchas veces es incómodo y hasta agotador ir contra la corriente.

Pasemos al procedimiento del experimnto: Luego de investigar las posibles víctimas, un equipo de cuarenta especialistas que trabajan bajo tierra, eligen a quien será la presa.  Allí aparecen dos personas que luego presentaré, ellos le dan a la persona el Retacinol, obviamente este ser humano es engañado, ya que no sabe que está tomando ni que está formando parte del experimnto. Aproximadamente, a los diez minutos de la ingestión, comienza a entrar en un estado que denominaremos de “Transparencia”.

 Los casos y las consecuencias orillan la risa y el llanto, pueden ser simpáticos y lamentables, a uno le puede dar repugnancia, mientras que otro se aburre peligrosamente con alguna de las historias. Muchas de las vivencias se tornan violentas, otras irreales y hasta inconclusas, no tienen porque tener un fin, solo se quiere mostrar ciertas fragancias del ser humano que no afloran debido a nuestras propias exclusiones. Pero... si ven la luz con el Retacinol.

Para que alguien se disponga a escribir algo acerca de un tema tan enroscado, tiene que haber una trama, la cual suele coincidir con el problema que trae aparejado alcanzar este estado de franqueza.

El alma media de hoy en día vive pendiente del “que dirán”. En verdad no sé si vive pendiente, pero que le importa, le importa y mucho. La imagen que David quiere dar ante sus amigos es de un joven desprolijo, un terrible mamarracho que “aparentemente” no se preocupa por su apariencia. Por otro lado tenomos a la rubiecita Bengy, quien se muestra interesada en una clase de geografía, y siempre está muy arregladita y todo eso. En ambos casos entra en juego el “que dirán”

Esas personas estarán consiente o inconscientemente teniendo en cuenta si mantienen su imagen como desean o no. Si son vistos como ellos quieren.

Para ser más claro les ofrezco un ejemplo: el caso de Magui Gomez, la pequeña tiene apenas catorce primaveras vividas, sus compañeros y maestros saben que ella siempre estudia y es muy correcta. Es por eso que, cuando el jueves pasado, en medio de la prueba de Matemática Ecuatoriana, se le resbaló una pequeña flatulencia, se sonrojó y todos se sorprendieron. A pesar de que la trataron de consolar, Magui no pudo soportar semejante pérdida de imagen, y se ahorcó en el baño de mujeres con papel higiénico. En cambio, cuando el atorrante de Martin Equinoccio se rajó terrible pedo en la clase de música, asegurando que sus gases estaban afinados en re menor, no se sonrojó ni mucho menos. Es más, esperó la aprobación de sus compañeros de clase y se hechó a reír junto a ellos.

La moraleja que nos deja esta pequeñísima vivencia es que, Magui vio su imagen deteriorada por lo que le pasó, sintió que defraudó a los otros porque ella siempre fue muy correcta, en cambio Martín, sostiene su imagen de “pibe re zarpado” haciendo cosas como la que le hizo a la profesora  de música, una forma de llamar la atención. “Es preferible un gas conocido, que uno por conocer.”

(Se levanta una mujer de unos treinta y cinco años con mucha pinta de artista plástica y dice:)

 Mujer: Aquí me planto y les digo que para mí, ese famoso “que dirán” no es más que la posición de uno mismo transportada a los otros, y como dijo Moises a los taxistas en Plaza Miserere: “los juicios que uno emite, cobran un valor contrario cuando hablamos del que dirán”. En pocas palabras el falso “que dirán” es un hipócrita “que diría YO”.

(El público no entendía muy bien que había dicho la mujer, pero como ella lo dijo tan convencida, todos muy emocionados se levantaron y la aplaudieron sin César.)

Volvamos al experimnnto, para llevarlo a cabo utilizaremos a dos personas: un hombre, una mujer y sus familias, sus vidas en sus mundos. No están elegidas al azar, nunca se pudo elegir entera y completamente al azar, siempre tuvo que haber una restricción una preselección. Así que cuando oigan que alguien es elegido al azar descrean y si se animan griten: “mentira, mentira, en la obra de James acerca de un tal experimnto decía que era imposible que una elección sea enteramente al azar, argumentando que nunca se pudo elegir entera y completamente al azar, siempre tuvo que haber una restricción una preselección y que, por lo tanto si oíamos a alguien, como usted o ustedes (eso puede variar) me o nos, (idem) decía o decían, (idem) que la elección era al azar gritemos, si nos animábamos, que era mentira, ya que en el libro de él, acerca de un tal experimnto decía que era imposible que una elección sea enteramente al azar, argumentando que nunca se pudo elegir entera y completamente al azar, siempre tuvo que haber una restricción una preselección y que si oíamos a alguien, como vos o vosotros (eso puede volver a variar) me o nos, (idem) decía o decían, (idem) que la elección era al azar gritemos, si nos animábamos, que mentira que en la obra de James  acerca de un tal experimnto decía que era imposible que una elección sea enteramente al azar, argumentando que nunca se pudo elegir entera y completamente al azar, siempre tuvo que haber una restricción una preselección y que si oíamos a alguien, como usted (o ustedes eso puede variar) me ( o nos, idem) decía ( o decían, idem) que la elección era al azar gritemos, si nos animabamos, que yaaaaaa, que no nos mientan más!!”

 

T  I  E  M  P  O         P  A  R  A       R  E  C  U  P  E  R  A  R  S   E.

  

Las elegidas dos personas aparentemente comunes, pero atención, ¿quién nos puede decir quien es común y quien no?, ¿quién se aparta de la opinión masiva y quien se mantiene en ella?. ¿Cuáles son los factores que inciden en la diferenciación de una persona común a una de que no lo es?. Es para discutirlo un rato, y yo ahora verdaderamente, no tengo fuerzas para discutir esto, ni ustedes para seguir escuchandome, aparte con quien lo voy a discutir si ustedes son una manga de desechos industriales que oyen lo que este papanatas está diciendo.  Ahora yo me pregunto: ¿ninguno de los aquí presentes tiene nada para hacer? ¿A cuántos les interesa realmente el tema? ¿Por qué en las películas americanas nadie cierra el coche con llave?

            Y sí, sí... sí!!. De esto se trata el “experimnto” de irse, de animarse a cosas que ahora no nos animamos, porque la gente nos creería locos o terriblemente sinceros(¡Cuánto problema nos traería eso!). Pero la macana es que después hay que volver a la hipócrita realidad. Cuando pasa el efecto, “todo sigue igual” (sabias palabras del cantante inglés Pity del grupo “The crazy old women”)

            ¿Quién nos va a ayudar?. Para la elección de los cómplices, partimos de la base de que debía haber dos personas de diferente sexo que tengan algo en común, pero ese algo debería de ser muy especial, ya que sería lo que eliminaría al resto de las almas postulantes. Luego de hacer algunas investigaciones,(no crean que fueron tantas), encontramos el diferencial, aquello que nos guiaría al encuentro de los dos afortunados “participantes”. Víctimas o afortunados ellos aceptaron el desafío de retar a la conciencia humana, de burlar a la conducta propia, o mejor dicho, a la ajena.

            Al utilizar esa característica distintiva que decidimos valorar, nos encontramos con una sorpresa, que solo dos personas de los doce millones novecientas cincuenta y nueve mil quinientos cincuenta y cuatro coma tres periódico, que teníamos ingresadas en nuestra base de datos, solo dos habían nacido a los veinticuatro días del mes de Diciembre de 1954, a las 23 y 59 exactamente. Guuaaaauuu!!.

            Para ser más precisos y sinceros, había trece sujetos. Pero solo ellos dos estaban vivos, y con ganas de hacer el experimnto, los demás contestaron enunciados como: “no me prendo en cosas de Mandinga” , “mi religión no me lo permite” o “no, gracias, ya colaboré”.

eLla&el

¿Quién es  Graciela Hanadoy?

            Argentina, nacida a los veinticuatro días del mes de Diciembre de 1954, a las 23 y 59 exactamente, domiciliada en la calle Juncal 695, casada con Don Julio Martinez Araoz en el año 1981. Sus hijos: Martín Hanadoy, de 23 años, desocupado y Karina Martinez de 10 años (para 13), estudiante.

Actualmente ama de casa, antiguamente fue secretaria de un alto ejecutivo de la firma Mastellone Hnos. (con quien mantuvo un romance más que fugaz y hoy tiene su recuerdo, Martín)

 

¿Quién es Marcos Estévez?

            Extranjero, creo que de algún lugar de centro América, tierra de pulposas mujeres y negro café según grita él, no me pidan la dirección, obviamente no la sabré. Pero... vamos a inventarle una, haber piense un nombre de lugar con tonada tipo mejicana, dilo en voz alta, hermano!!!, ahora póngale adelante la palabrita “calle”, ya sale, un número y... listo. Tenemos la calle del negro este. La mía es Calle Valparaíso 792. Dc. (este Dc es un agregado mío, porque me tengo que diferenciar de ustedes, es por eso escribo yo y ustedes leen).

            Sigamos... nacido los veinticuatro días del mes de Diciembre de 1954, a las 23 y 59 exactamente, no es casualidad. Soltero, juntado con doña María Eugenia Lezarra. Sin hijos. Que tampoco es casualidad.

            Actualmente es “casi” un gerente general del banco HSBC, sucursal Belgrano. Trabaja para ese grupo desde hace tres años aproximadamente, y fue envíado a la Argentina para redactar informes en el área de recursos humanos acerca de los postulantes en las distintas áreas. Si repetí la palabra área ¿y? Miren...

AREA AREA AREA AREA AREA AREA AREA AREA AREA RARE ERAR RRAE AREA AERA AREA AERA AREA AREA

Aclaración: Si no comprende en que consiste básicamente el experimnto, lea las letras en negrita de la tercer y cuarta página. Si sigue sin entender, me despido de usted sin siquiera agradecerle.

 

Diciembre nO  es    mEs    paRa    uN    veLoRio.

 

 Sábado, 3 de la tarde. 28 grados centígrados a la sombra, 32 a la cabeza. Verdaderamente nadie, pero nadie de los que allí estaban, deseaban estar allí.

15 de diciembre es una linda fecha, por lo menos para mí, cercana a mi cumpleaños, navidad, año nuevo y... las vacaciones, no sé si las tendré, pero al fin y al cabo lo son, no dejan de ser vacaciones porque yo no me vaya de ellas, a parte se respira otro aire en diciembre, todos piensan que es el fin de un ciclo y yo también, las parejas se separan, se organizan comidas para despedir el año, hay fiestas y hay velorios, en diciembre nací yo, una amiga de mi mamá, y varios más, si Jesús nació, lo hizo en diciembre, ¿si tuviese que volver a nacer?, si, de seguro que elegiría diciembre, si me encanta, dicen que uno quiere lo mejor para sus hijos ¿no?, pues entonces yo voy a encargar a mi hijo para que nazca en diciembre, pero a mediados, no al final como yo, porque a mí a veces me dicen “tomá esto es por tu cumple y por navidad”, y en verdad ese regalo tiene cabida apenas para reyes, quienes están desprestigiados porque los boludones son de enero, no de diciembre como Jesús, que tiene toda la fama, por otro lado también está bueno el 22 porque como algunos vienen para las fiestas,  se ven obligados a regalarme algo sí o sí, el punto es que a mí diciembre me re cabe, y supongo que a otros también, pero imagino que para Cristina, ese diciembre, ese 15 de diciembre fue algo raro.

Un día tan caluroso como aquel sábado era especial para un entierro en la tan poca esperada chacarita. Igualmente, donde va a pasar esta pequeñita historia, es en un hermano de la chacarita, en el querido barrio de la Paternal.

Los vecinos de por ahí estaban dolidos por la muerte de María Esther, la familia y amigos la lloraban enLibboni Hnos. la casa de sepelios donde la muerte no es tan fiera. Su hija Cristina sentía un (¿vale la redundancia?) sentimiento, ambiguo un poco incómodo, que no nos supo describir, también nos dijo que su hermana Mirtha estaba casada con un colectivero llamado Gilberto, y que tenían una hermosa casa en Rafael Castillo.

Cristina nos confesó que no estaba bien con su esposo Juan Carlos, “cuando hay problemas económicos nadie puede ser feliz”, nos dijo ella. Nosotros no dijimos nada. “No pudimos hacer nada”, dijo el doctor Ramirez Araoz a la encargada de cuidar a los últimos quince viejitos olvidados en “Arrójelos aquí”, un asilo más de Colegiales. ¿Que incongruencia, no? El barrio que más asilos tiene, se llama colegiales. ¡Este gobierno se burla de nosotros decididamente!.

El marido de Cristina recibió la noticia por teléfono. Ella estaba poco en su hogar, trabajaba como sirvienta en casas de otros barrios, no aceptaba pedidos en la Paternal, pensaba que eso era denigrante para su imagen. La cual ya casi ni existía.

 

Juan Carlos: Cris, mi amor, te tengo que decir algo.

Cristina: ¿Mi amor?, ¿Perdón, a mí me hablas?

JC: Si, es sobre tu vieja.

Cristina: ¿Qué le pasa ahora a mi mamá? Le pasó algo, para que vos la llames vieja y no vieja de mierda algo le tiene que haber pasado. No me mientas.

JC: Llamaron del Asilo.

Cristina: ¿Y que pasó?

 

En el velorio todos se acercaban a saludarla, no había uno que no podía lamentar lo que había pasado. La vieja se había suicidado, ¿acaso alguien esperaba otra muerte para María Esther? Nadie. Parecía tener una vida eterna y más de uno había jurado que ella era quien iba a enterrar a sus hijas. Pero no fue así. Cristina lloraba, no mucho, pero lloraba, su marido estaba azulado. Era el único que tenía frío en todo el condado.

No faltaban las tres tías chismosas, los pibes que no sabían ni quien era el cadáver, y los cinco tíos que no reconocían a nadie. Más el borracho de las fiestas, Albertito. La familia no era muy distinta a cualquier otra.

Es una pena, no somos nada, mi más sentido pésame, cuanto lo siento” y demás frases hechas le dijeron a Cristina y a su hermana, quien estaba algo más dolida. Se había golpeado la parte inferior del cajón al tropezar con un hombre, ya que cuando nuestro experimentador (Marcos)entró a la sala, chocó con ella, quien estaba dolida, por la muerte de su madre. Después de ofrecerle una disculpa a la dama de negro, Marcos le entregó un frasco con unas pastillas y le dijo que eran para la presión. Ella guardó las pastillas. Le creyó al buen hombre acerca de la efectividad de aquellas píldoras y continuó su marcha hacia la familia Butragueño.

Marcos ya estaba frente a frente con la víctima, se acerca y la toma suavemente del codo y le susurra al oído con su tono español más sensual: “no erez nada”. La mujer, sin entender demasiado, asintió con la cabeza. Cabeza, ignorante como quieran llamarla, “la Cristina” era una bruta, y pensó que aquella era otra de las frases formales para una ocasión como aquella. Él le ofreció una pastilla de un extraño paquete anaranjado, y ella no pudo resistir la tentación. Casi nadie puede.

Antes de irse, Marcos quería conocer al marido de Cristina, sabía mucho de él, había estado averiguando acerca de su misteriosa miseriosa vida durante al menos tres meses, y aquel día que era el momento indicado para conocerle la cara. Nada especial, simplemente curiosidad humana.

 

Marcos: Buenas tardes señora, me podría decir donde se encuentra Juan Carlos, el esposo de Cristinita.

Eufemia: ¿Buenas tardes? A usted le parecen buenas tardes, esto es una tragedia, los jóvenes ya no tienen respeto por los mayores, a tu edad no podía ni mirar a los ojos a mis padres, que en paz descansen.

Marcos: Señora, primero yo no soy ningún nene y segundo, yo no le falté el respeto!

Eufemia: ¿A quién? ¿A la difunta?, ¿Qué quiere joven de mí? Venga, acompáñeme.

 

Marcos y doña Eufemia, la única compañera del asilo que había entendido que María Esther había muerto, se quedaron rezando durante dos horas y setenta minutos. Marcos estaba atado al cajón con un rosario de metal de aproximadamente dos kilos quince gramos, bendecido en  la última peregrinación a la capilla de Aldo Bonzi, por el padre Tomás Conielo.

Juan Carlos, como buen y comprensivo esposo que nunca fue, se acercó nuevamente a Cristina y permaneció allí callado. Al cabo de unos segundos le volvió a hacer la estúpida pregunta que ya le habían hecho a su esposa, al menos quince desconocidos.

Juan Carlos: ¿Cómo estás?

Cristina: Ansiosa.

La respuesta ya no era la misma de antes, la cara, sus gestos y su mirada no eran como su anterior postura. En pocas palabras Cristina era otra mujer, se encontraba eufórica, saludaba a los parientes con algo parecido al desprecio, y miraba muy mal a quien, según ella, se lo merecía. Esto inquietó a Juan Carlos ya que Cris no era una mujer antipática y menos aún peleadora, su actitud era extraña, lo asustaba, sentía como que de un momento para otro Cristina iría a estallar. Y así lo hizo. No quedó limpia ninguna de las cuatro paredes que contenían los llantos derramados por la difunta María Esther.

Juan Carlos ya se veía obligado a aferrar a su señora del antebrazo porque ésta estaba inquieta y hasta se podría decir enfurecida. (Recordemos que estamos en “Libboni Hnos. la casa de sepelios donde la muerte no es tan fiera” y  justo ahí están velando a María Esther, madre de dos hijas, siendo una nuestra Cristinita). Juan Carlos no soportó más el esfuerzo que estaba haciendo para retener a su mujer y ésta se soltó. Sin dar muchas vueltas encaró a su tía Carmen, a quien no veía desde la muerte del tío Oliverio.

Cristina: ¿Qué haces tía tanto tiempo, sos vos no?

Carmen: Si, nena, que desgracia!

Cristina: Espero que en el próximo velorio que nos veamos sea el tuyo

Carmen: Nena, ¿qué macana estás diciendo?

Cristina: Si estás hecha pelota tía, que mal te trataron los años

Aclaremos que la tía Carmen nunca se llevó muy bien con la familia de Cris , y menos con Esther.

Cristina: ¿Estás contenta ahora que se mató mi vieja?, si nunca se soportaron, se vivían peleando y hasta se juraron nunca más saludarse!

 Carmen: Estás loca, loca!

Cristina: Para que carajo viniste, nadie te soporta, nadie SE soporta!

Carmen: Nena estás loca, igual que lo estaba tu madre!

¿Que quilombo, no? Al final era verdad lo que decía Cristina. La vieja ésta, Carmen, no la soportaba en serio a la difunta. Entones, ¿qué hacía allí?. ¿Porque la había saludado a Cristina con una de aquellas frases armadas que se aprenden y se coleccionan en los velorios para luego vender en plaza Serrano los jueves a las 17 hs?, ¿por qué era una tragedia?, ¿por qué un sábado de diciembre?.

Juanca se acercó a consolar a Cris, pero ella lo rechazó y le dijo que no la molestara, que estuvo muy bien aquellos últimos seis años sin tenerlo cerca ni siquiera en la cama. Ya el silencio era ensordecedor, si en un velorio hay silencio con pizcas de murmullos imagínense en éste, todo se multiplicaba por quince, cuando las voces de Cris y su tía Carmen se apagaron hubo un incomodísimo silencio de unos eternos catorce segundos, hasta que el borracho tío Antonio dijo -Vivan el pueblo y Perón, la concha de la madre!!-.

 ARF514 era la patente de la ambulancia que se lo llevó al Fernández. Contando esa vez, fue la octava que el tío se desmayaba en un velorio.

El murmullo crecía como la ansiedad de Cristina. Entró a la sala el padre de Juanca, siempre empilchado de punta en blanco, ni una arruga y obviamente muy, pero muy muy engominado. Éramos pocos...

Padre de Jc: Hijo, ¿cómo está tu esposa?

Juanca: La verdad, loca. No sé que carajo le pasa, pero yo te recomiendo que te vallas antes de que te vea.

Padre de Jc: No puedo hacer eso, yo la entiendo, no es fácil. La quiero saludar, dar el pésame. Su mamá era  una muy buena muje..

No termina de decir mujer, que Cristina le arroja desde la calle, al grito de “lo mejor que hizo mi vieja, es esta piba que se queja”, una botella media llena de cerveza directa al párpado izquierdo del hombre. (Nótese que tipa positiva resultó ser Cristina, que nos dijo que el envase estaba medio lleno y no medio vacío). La otra mitad se la había tomado en la puerta de “Libboni Hnos. la casa de sepelios donde la muerte no es tan fiera con uno de los pibes de Caraza. Roberto Edgar era un amigo del sobrino de ella. Esta situación se explica, según nuestro psicólogo, porque su madre nunca la había dejado beber alcohol en una reunión familiar. Ahora ya podía hacerlo. Se sentía libre, fresca y seguía ansiosa, muy ansiosa.

Cristina: Levántate y anda, mi pequeño hijo de mil puta!

Estas suaves palabras se las decía Cris al padre de Juanca, o sea su suegro, quien estaba tirado en el suelo y sangrando demasiado para un hombre de sesenta y tantos años. Cristina lo desafiaba con la mitad de la botella rota en su mano al mejor estilo “José barrita”, le proponía que se levante y le dé pelea o que se retire del lugar. El hombre no entendía nada. “No entendés nada vos, mejor callate y traenos un café”, solía escuchar Cristina en las visitas que su suegro les regalaba.

“De los labios de quién estaba ahí tirado a mis pies esperando ser rematado, habían salidos insultos dirigidos a todos, a mí, a mi mamá, mi hermana, mis hijos y al plantel de Comunicaciones. Yo se la había jurado, y me la estaba cobrando bien, muy bien”, nos dijo Cristina. (Hace falta decir que estaba furiosa).

 

Cristina: Vamo’ a combatir salame, a ver si te la aguantas! Que pasa, ¿te vas a manchar el Manccini blanco que estás estrenando?, ¿no sabes que esto es un velorio y la gente viene de negro? Me olvidaba, vos no sos de los grasas como yo, vos tenés que estar siempre puritano, colores claros para el verano ¿no? Tomátelas, no te quiero ver nunca más en mi vida, igual que al vago  de tu hijo, que parece otro pendejo más!.

Juanca y su padre se fueron del lugar sin poder aguantar la carcajada, no tenían porque parar de burlarse de Cristina, si así lo venían haciendo desde hacía cinco años.

Más tarde la espera llegó a su fin cuando entró a escena el tan esperado Félix Alberto Bonaventura, abogado de la familia. Cris lo agarró del cuello, lo puso contra la pared y le pregunto “¿cuánto hay de la herencia?”. “Poco” respondió el hombre con un finito hilo de voz. ¿Cuánto?, repreguntó Cris. “425 dólares” le dijo el boga.

Entre todos juntaron los veintiocho pesos restantes para pagar gastos de velorio y entierro. El total, nos dijo el mismo Sr. Libboni, de “Libboni Hnos. la casa de sepelios donde la muerte no es tan fiera era de 453 dólares.

Cristina, ya sin el efecto, lloraba sobre la muñeca destrozada de su madre.

Lo que no sabemos es porque lloraba.

 

 

ConfiRmAdo ,   es     BoLudo.

El universo es simplemente infinito, no así la tierra. Igual pasa con el cielo que es interminable. Pero el sol, la luna y los planetas son medibles, entonces: ¿son terminables?.

Estas y muchas otras cosas, daban vueltas por la mente de Heniaky, cuando se hacían las 12 AM y se retiraba a su aposento, luego de una cena sin la caja boba, pero con las obras de Rusself Karischy, artista de música clásica favorito de su padre.

“Desde mi humilde punto de vista, el nombre de una persona la predispone a un futuro predigitado por alguien, no sé por quien, pero debe haber algún loco que por ejemplo diga: “Los Antonio serán todos tipos serios, y si se dedicaran a la política les iría muy bien. Los que tengan el nombre Jhon, serán estupendos artistas y las mujeres llamadas Marta, serán unas modestas maestras rurales!.”   

Heniaky no es nombre de mal pibe, si usted pudiera verlo, ¿cómo lo describiría?. En cambio, si tuviese que pintar a un tal Adolfo, ¿lo haría con la carita de Heniaky?

Yo sí lo conocí a Hen, y resultó ser un boludo. En serio, era un boludo y el lo asumía (eso es lo que me desorienta, si es boludo no puede darse cuenta de su condición!!). Podría describirlo, pero prefiero que cada uno de ustedes imagine su propio Hen. Todos somos o fuimos un poco Hen.

Hijo único. Al año de ver la luz fue bautizado, a los nueve tomó la primer comunión, a los doce se confirmó en la basílica de Aldo Bonzi, donde planeaba casarse sin saber con quien. Solo se relacionó con dos mujeres en su vida, y ninguna logró interesarse más que por su poco dinero.

De padres muy religiosos y educación guiada por sacerdotes, se fueron formando sus puntos de vista, que no siempre reflejaron lo que él pensaba. Casi nunca.

¿Acaso siempre tus opiniones reflejaron lo que verdaderamente sentías que debías decir?, ¿O eran opiniones de otros, pero salían de tu lengua? ¡Y encima nos mostramos convencidos de lo que decimos!.

Volviendo a la familia de Heniaky y sus costumbres, las fiestas religiosas eran lo que debían ser: “fiestas religiosas”, las cenas eran sagradas, así como los domingos y las misas. Antes de comer ofrecían unas palabras de agradecimiento por el pan tostado de cada día y por el vino, que tenía un distinto fin que el de sus vecinos herejes. Nunca se quisieron mezclar con ellos, como tampoco dejaron que Hen se sumergiera en las costumbres del barrio.

Los padres habían sobreprotegido a Heniaky, eso no quiere decir que le habían dado mucho amor, tampoco tan poco, pero si era un malcriado. Estudiaba medicina en una universidad privada, y siempre se mantuvo alejado del “espíritu adolescente”. (Queda a libre interpretación que se entiende por esta pareja de palabras). 

En fin, el miércoles 27 de Junio del año 2004, Heniaky despertó a las 6.30 aproximadamente, tomó su rutinario baño y bajó a desayunar. Después de un mate cocido con las tres galletitas de agua cotidianas, se fue a la universidad. Obviamente besos a la madre y el padre antes de partir.

Dolores: Que tengas un buen día pequeño!, rezaré por ti.

Heniaky: Igualmente madre.  

Tomó el colectivo 68 de las 7.45 que lo dejó a una cuadra de su destino, caminó muy tranquilo hasta el pasillo 7, del más alto de los pisos. Así lo indicaba la hoja que utilizó para verificar que aula le correspondía.    

El pibe era muy relojito, nunca tuvo que correr el colectivo, tomarse un taxi porque no llegaba, o pasar por la asquerosa experiencia de entrar a un aula llena de infelices que te miran porque llegas apenas 45 minutos tarde. ¡¿Nunca se quedaron dormidos?!  

Disfrutó la clase de teología y salió al jardín, donde esperaría que se hagan las 10.15 para saborear la siguiente materia: “Cuentas que nunca dan 2”

Hasta ahí, la vida de este pibe carecía de sobresaltos. No había emociones positivas o negativas en sus recuerdos. Y recuerdos casi tampoco había, lo que si existían eran fotos de todo:  de su primer diente, paso, pedo, gol, diez, grano, novia, amigo, domingo, chapuzón, cumpleaños, trabajo y foto. Polvo no había habido, pero ya habría de haber.

Pero ese break sería distinto a los demás, no sería todo del mismo color gris de todos los días.

Heniaky por primera vez estaba rompiendo una de las barreras de la vida que estaba llevando, se había animado a encarar a la chica que le gustaba desde hacía tiempo, pero por la emoción, se le había pasado la hora de inicio de la clase de “Cuentas que nunca dan 2”, entonces fue que le agarró taquicardia y urticaria. A causa de los nervios por haber perdido la clase, se quebró emocionalmente, y se lanzó a llorar como un bebe, sobre la falda de María Sol. Me olvidé de decirles que Hen sufría de eyaculación precoz. Fue entonces cuando aparecieron diez alumnos de la escuela de fotografía Mario Libboni hijo. y  descargaron 36 rollos en él. Una de las copias la compró la madre a 15 dólares. La colección estaba completa.

Todos gozaron de la horrible situación, hasta la misma María Sol no pudo contener la risa al ver la aureola en el pantalón gris que Hen conservaba desde su época de alumno secundario. Poco después del ataque de pánico que Hen sufrió, la portera entró en acción. Le convidó un vaso de agua con una pastilla, que tomó del bolso de la profesora Marta Harff. Ella guiñó un ojo y dijo: 

Portera: Imagina un mundo sin fronteras. ¿Que capo el Diego, no?

Había sido una mañana retorcida para el joven Heniaky. Pero empezó a cambiar su día, se fue en taxi a dormir un “toque” a su casa, ni pensó en el examen que tendría al otro día, solo sintió un deseo incontenible de recostarse y pensar en nada. Leon, el padre de Hen, se sorprendió al no recibir el frío saludo de su hijo y se ofendió al obtener un ruidoso beso en la mejilla y una caricia en la nuca. Su madre nunca supo que el había llegado hasta que oyó las carcajadas que provenían de la habitación de nuestro nuevo Heniaky. ¿Qué estaba haciendo?. Estaba fumándose los tomos V y VII de tabaquismo y una monografía sobre cáncer de pulmón. La madre no entendía que ocurría con su pequeño, estaba como poseído, ella lo trataba de calmar, pero él no estaba nervioso, se estaba divirtiendo. Estaba aprendiendo a hacerlo, ya que era algo que nunca había experimentando. Luego se durmió. Cosa que tampoco había hecho a las 12 del medidía.

Aquella fue la primera vez en 20 años que Hen no almorzaba con su familia, ¿con quién lo estaría haciendo? Con su vecino. Jugó al truco y ganó 58 dolares, sentía la necesidad de mentir desde los 9 años, y lo bien que lo hizo. Al volver a su casa le propuso al padre ir a la cancha. El resultado: una ruidosa bofetada y un monologo de 21 minutos donde hubo palabras como: drogadicto, familia, enfermo, drogadicto, violencia, estudios, trabajo, prostitución, globalización, salmo 18 según Mateo, Hijo de Satán, hereje, hereje, herejeeee!!!!!, educación, yo, ejemplo, yo y mi padre, yo-yo, vos, mierda. Perdón, pedime. Tu madre, pobre. Pedile. Chau.

En la mañana del 28 de Junio, el despertador de la habitación de Heniaky sonó por primera vez. Nunca se había oído el agudo grito de aquel horrible artefacto, el chico se despertaba un segundo antes de que se activara la alarma y lo apagaba. Pero esa mañana el aparato sufrió hasta que las pilas se agotaron. El orgullo de Leon fue más fuerte que su preocupación. Madre hay una sola, y es la que le compra Anteojito a su hijito. Dolores fue a la habitación y encontró la radio encendida, el locutor Erickh Astrada locutía:

Eric: Ustedes deben conocerme de la serie “dos mujeres y un camino”, lo cierto es que yo y cientos de personas nos preguntamos  sobre Hen: ¿Porqué está sonando el despertador?. ¿Porqué no ha ido a clase?. ¿No habrá soportado la indiferencia de su mundo?. ¿Habría hecho algo por cambiarlo?. ¿Estaba cómodo en él?. ¿Al menos hasta ese día?. ¿No habrá soportado el rechazo de sus padres?. ¿El saber mentir?. ¿El rechazo de un chica?. ¿El orgullo de sus padres?. ¿De él?.

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Hen no pasó la noche del 27 en su casa. Luego de rezar dos Padre Nuestro, y tocarle el testículo izquierdo a Jesús, algo que quería hacer desde que tenía uso de razón, se fue a inscribir a la escuela de magia musulmán “Dabra, abra acá”.

Heniaky estaba dispuesto a empezar una nueva vida, y lo estaba haciendo. Una vida sin las cadenas que lo ataban a los deseos de su padre, y a consentir a su madre en todo. Pensó en enfrentar a María Sol, la pequeña que le rompía el corazón, y ofrecerle ir a vivir juntos apartados de este mundo hostil. Eran las 4.30 de la mañana, faltaban tres horas para que abra “Dabra, abra acá!”. Cruzo corriendo la avenida Corrientes y se abrazó al segundo teléfono público que encontró, ya que el primero no tenía el cuatro. Se les resbalaban las monedas por entre los dedos. Estaba ansioso por escuchar la voz de la pequeña, hasta que de repente escuchó una voz familiar. Con la última moneda que tenía había llamado a su casa. No fue un error casual, no sean ingenuos, colgó sin decir una palabra, y el cobro revertido fue su solución.  La pequeña aceptó la propuesta indecente de Hen, y este emocionado comenzó a llorar.

 El efecto se había terminado. Pero había sido lo suficientemente fuerte como para producir el cambio de actitud en Heniaky. Le esperaba vida llena de proyectos por delante. Y una mujer que estaría a su lado. 

ARF514 era la patente de la ambulancia que se lo llevó por delante. El muy boludo no tuvo en cuenta, al cruzar la calle, el famoso jingle “prestátención, atención, prestá atención, prestá a tensión”. Imperdonable.

Aclaración: El brazo derecho nunca fue encontrado. Había una sonrisa en lo que quedaba de su rostro.

 

dE    tAcos    y    rAbonas

 

Julián Augusto Parenti, el “pibe joven goleador picarón quehijodepú” para Nosotros, el “facha” para sus amigos de Enseneda. Lo cierto es que la tribuna futbolera coincide que es un atrevido número diez que no para de hacer goles de rabona y taquito. Veamos como lo llaman los demás:

“Un goleador serial” lo denominó el relator Victor Hugo tercero.

“Es mejor que Maradona” sentenció el Diez.

“Tiene la calidad de los grandes” afirmó Macaya.

“Tiene facha” dijo su novia.

“Hay que hacerlo mierda” murmuró el 3 de Talleres de Córdoba.

“Su mejor papel desde Exterminators 4, para toda la familia, recomendable” Guido Pineda, Clarín.

            “Pibe joven goleador picarón quehijodepú” para “Nosotros, la revista del fulbo”.  

 

Muchos lo detestan, otros lo odian, pero lo cierto es que este joven tiene un promedio de dos goles de taco y uno de rabona por partido. No falla nunca, no falta nunca y tiene tatuado en la nuca el nombre de su madre. Nunca reconoce venir de una familia muy humilde, pero prefiere olvidar su pasado con la droga. O sea, se droga para olvidar su pasado. Noches, mujeres y ex ceso constituyen la parte familiar de nuestra victima.  Admite falopearse como un condenado, pero para los partidos dice estar limpio, nunca sufrió un caso de doping positivo. Dice no tener pelos en la axila ni en la lengua, va al frente, da la lección y le gustan los perros batata. Tiene uno, su nombre: Rubén. Lo damos la bienvenida con un cálido aplauso.

Escuchemos ahora el dialogo que mantuvo el “Pibe joven goleador y picarón quehijodepú” con nuestro reportero Estrella:

La producción se comunica con “Movicom”

Estrella: Comunicación directa con el estadio, hola Facha, ¿me escuchas?

Facha: ¿Hola?

Estrella:¿Facha?, ¿Lo tenemos? Hola Facha, Germán Estrella te habla.

Facha: Loco no escucho nada por este teléfono de mierda. ¿Porqué no se compran uno como la gente?.

Estrella: Facha, te estamos escuchando, adelante...

Facha: Ahora si, hablá!

Estrella: Vamos al grano: ¿Cómo piensan encarar el partido de hoy, teniendo en cuenta que solo con un empate se consagrarían campeones?

Facha: La posta es que no veo a los pibes desde el domingo anterior, pero el trompa siempre nos dice lo mismo, hay que salir a ganar sea lo que sea, ¿Me entendés? Más si hay un incentivo de guita.

Estrella: ¿Es verdad que hay una posibilidad de irte a España?

Facha: No.

Estrella: ¿Anoche soñaste con hacer un gol?

Facha: No, tampoco. No dormí. Me fui de putas.

Estrella: Facha, siempre el mismo vos, ¿Seguro que no soñaste hacer un gol en España?

Facha: No, gracias a vos.

 

Dijo el niño James:

“Muy seco, muy directo, pero en esta persona se puede ahondar aún más en su sinceridad”.

 

De eso se encargó sin saberlo, el joven Cristian Aguilera.

Cristian era el médico del equipo, por lo tanto, todos tenían confianza en él, hasta el mismo “goleador serial”. El doc siempre lo ayudó con las drogas, con sus lesiones y con sus problemas extra físicos, pero a cambio de eso nunca recibió nada: ni mujeres, ni fama, ni etcétera. ¿Entonces que pensó hacer? Arruinarle la vida a Parenti, el facha.

En el famoso congreso de Tortuguitas sobre medicina punk, Cristian Aguilera conoció a una mujer y se enamoró perdidamente de ella. Graciela Hanadov lo sedujo desde el primer momento, utilizó sus encantos para poder usar a Cristian como trampolín y zambullirse en la mente del  “Facha Parenti”, su victima.

La tarea le llevó aproximadamente veinte minutos. Luego de reconocer al hombre, la Gra se acercó a pedirle fuego y fue ahí donde comenzó su trabajo. Graciela había recopilado mucha info sobre el doctor, sabía de sus debilidades, y como reaccionaría ante determinados estímulos, sutiles miradas y palabras chanchas.

Cristian era tímido con las mujeres, no era para menos, ya que pasó siete años de su vida encerrado en un vestuario. Sus padres lo olvidaron en el subsuelo del club Defensa y Justicia de Adrogué,  nadie oyó sus gritos hasta que se quedó mudo. Ahí fue cuando lo oyeron. Aquella situación lo traumó de por vida. Lo extraño es que se dedicó a la medicina deportiva, de esa manera continuó visitando vestuarios. Valla uno a saber como trabaja la mente humana.

Nosotros, los creadores del experimnto, sabíamos de la bronca del doc para con el facha, entonces, en una noche de invierno, Graciela le comentó a Cristian acerca de una nuevas píldoras que atrofiaban los músculos, y podían causar la muerte. Ella parecía horrorizada por la acción devastadora de las pastillitas pero, “sin querer” se las olvido en la casa de Cristian Aguilera. Sin dudar, el médico guardó las pastillas, y las reservó para su plan de destrucción del “facha”.

Volvemos a la mañana del domingo 30 de Julio, el día del partido, el estadio está totalmente colmado de hinchas con banderas que no paran de agitarse cual frasco de aerosol a punto de acabarse. El facha ingresa al vestuario luego de arrojar el teléfono Movicom que utilizó para hablar con el reportero Estrella. Cristian Aguilera lo recibe mejor que de costumbre. Le comenta acerca de unas nuevas vitaminas que consiguió, y que no saltarán en el doping.  El “Pibe joven goleador picarón quehijodepú”  no era de contradecir a la ciencia, y menos a quien lo había salvado varias veces de sus  “agitadas” giras nocturnas. En el pasado, el facha había llegado al vestuario, al menos quince veces, dado vuelta como una media marrón.

 Finalmente, en el entretiempo, tomó la pastilla con un vaso de agua.

7 minutos del segundo tiempo. Parenti llama al arbitro “botón”, y le acaricia la pelada.

12 minutos ST. Mira a la cámara y saluda.

13 minutos ST. Mira a la cámara, saluda y muestra sus nalgas.

35 minutos ST. Salta un cartel de publicidad subliminal y le pregunta al cabo Renoir si está escuchando un partido o algún tema de Simply Red. Lo despide con un pico. El arbitro lo amonesta.

47 minutos ST. Reconoce ante el arbitro haber tocado la pelota con la mano para llamar la atención del público y compañeros. Se auto define como una persona de poca personalidad carente de afecto.

            49 minutos ST.  Penal. Gol. Es gol.

50 minutos ST.  Los hinchas pretender lincharlo. Se escapa.

En el vestuario el clima no era muy distinto, los jugadores se lo querían comer crudo. El era el “Pibe joven goleador picarón quehijodepú” , tenía mucho potrero encima, era un auténtico muchacho de barrio que había llegado a la sima en Sima, (aclaro que Sima era su pueblo natal). Se las sabía todas, en el pasado ninguno lo podía pasar, por lo que nadie entendía que le había pasado en el presente, pero nadie se animaba a hablarle. El agua caliente de las duchas empeoró el ambiente. Las miradas de odio tenían un único destinatario, no era para menos, si el equipo se consagraba campeón, cada uno de los jugadores ganaría cerca de 400 mil dolares. Pero no fue así.

Bajo el agua, el facha comenzó a temblar, estaba conteniéndose, hasta que no pudo resistir más la tentación y estalló. Sus represiones homosexuales afloraron con todo, comenzó a perseguir al número 3 de su equipo, el colorado Rony Galvez. Recorrieron todo el vestuario. Colores, apodo de Rony, no sabía que hacer, se lo quería sacar de encima ,a pesar de que en el fondo le gustaba un poco ese jueguito. El facha deseaba esto desde hacía mucho tiempo, por eso no fue una fácil tarea desprenderlo de la espalda de Rony Galvez.

“La escenario era pa tética” dijo un oriental 

Más lo fue aún, cuando intervino el colombiano “chiquito” Venitez. “Chiquito” era una bestia de 2 metros 10, quien sin haber tomado ninguna pastilla también se liberó. El facha no se pudo sentar por 13 días.

Los compañeros enfurecidos comenzaron a agredir a los abotonados jugadores. El “goleador serial” más se excitaba. El griterío era infernal, en un vestuario con capacidad para 20 personas, había: todo un plantel entero, 7 policías, 2 perros, 12 reporteros, 5 pibes de la barra brava, la modelo Grecia Kodama y el cocodrilo uruguayo. Era un “todos contra todos”, donde nadie se salvaba, de “chiquito”.

            El ruido se apagó con un disparo del arma del pelado Marianito, capo de la barra. De un salto se ubicó en lo más alto del vestuario y los miró a todos. He aquí sus textuales palabras:

           

Marianito: ¿Qué hacen? ¿Por qué se pelean?. Dios nos hizo a todos iguales, a su imagen y sonido. Es más, estoy seguro que acá, sí acá mismo!, en este vestuario hay más de uno que siente envidia por la sinceridad del facha y la de “chiquito”, y les pegan porque de esa manera canalizan sus represiones homosexuale. Sarta de putos!!

            Marianito se sienta y al mejor estilo profe canchero con los teenagers propone una ronda, y explica:

           

Marianito: Locos, todos tenemos nuestro perfil homosexual, algunos más reprimido que otros, pero no discriminemos, porque lo que hacemos es negar una parte nuestra que es totalmente inconsciente, la cual que nos da  terror  afrontar por los castigos que nos propone está sociedad. ¿Porque se creen que nosotros le miramos tanto la cola a las mujeres?, porque allí hay algo de fantasía homosexual que se libera, es por eso que a las lesbianas poco les interesa esa parte del cuerpo, y a nosotros sí. Dale, Pancho no me mires así, si vos que sos re fierrero, te haces el macho mostrando tu auto a tus amigotes de las picadas, ¿eso no es un juego de seducción acaso? la palanca de cambios, ¿hay algo más fálico?

                        Finalmente, un policía y su perro se apartaron solos,  7 jugadores posaban ante los atrevidos lentes de los fotógrafos y el facha, ya sin el efecto, se retiró con la modelo Grecia Kodama del Rayo Fayon que iba a una entrevista de un grupo de música llamado:

 

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