*"EN LA FUENTE

DE LA NOGALERA":

de Luis Tamargo.

   A mis familias queridas.

 

Todos tenemos un sitio. Hay un lugar al que estamos unidos y que nos une. No es que sea nuestro sino que pertenecemos a él o, más bien, que le pertenecemos. Alguien sabiamente habló al decir que sólo dos legados duraderos podremos dejar a nuestros hijos: uno, raíces, y el otro, alas. Por eso, bien podría esta historia comenzar así:

 

   ERASE UNA VEZ

      EN UN LUGAR…

 

 

 

HAY UN LUGAR…

 

…Donde quedó grabada la huella

del pie de mi infancia.

La piedra suspira, nerviosa,

cuando regreso, recordándome.

El mismo pájaro en

la misma rama, sonríe, canta y

me observa de reojo,

aunque no es el mismo sí lo es.

Se cansa de soplar el viento

de la tarde, en aquel recodo

 guarecido del camino,

antes de llegar al río.

Me saluda el árbol, socarrón,

después de asustarme, y

se despide, educado, hasta mañana.

Cuando se despierta el sol,

hasta las flores, azoradas y

engalanadas del mejor olor,

amanecen murmurando y alegres.

La música del sapo y de la cigarra

hacen sonreír a la luna.

Y las estrellas le hacen guiños

al búho que, soberbio,

se calla todos los cuentos

que la noche le susurró al oído.

 

 

ES EN ESE LUGAR…

 

…donde el niño que fuí me llama,

a través del espejo.

Yo le devuelvo la sonrisa y

el mundo es grande, sin fin.

Canta el cuco y el castaño tiembla.

Son de oro los tejados

porque el sol los baña, y

en la barriada somnolienta

otra jornada comienza.

Los perros se contorsionan y,

meneando la cola, sentados

y graciosos, se arrascan

detrás de la oreja.

Ya está vestida la yegüa,

sólo le falta el carro.

Y el ternero blanco

ensaya ponerse en pie,

por tercera vez.

Dicen que no vuelan las gallinas,

y allá va la colorada!,

a lo alto de la cerca.

Suenan los pesebres a cadenas y

se inquieta el ganado,

como otro día más.

Por encima del muro, sonríen,

entre los avellanos,

dos niñas tristes.

A las hijas del capataz

se les ilumina la cara, redonda,

cuando les pregunto,

como a las cerezas rojas.

Jugamos. Y el gato,

de un brinco loco

vuelca la canasta…

Y las manzanas ruedan libres!…

 

 

TARDE DE VERANO

 

Brillo de verano en la tarde.

Los aperos contra la higuera.

El carro como varado y,

al fondo de la huerta

el burro pastando.

Blancas y rosas, las azaleas,

sombrean el banco de piedra.

Y a sus pies

el botijo fresco,

como esperando turno.

Un gato rubio cruza el tejado.

Hilos de oro los bigotes,

parece reírse, elegante.

Resopla el asno

y sacude el pescuezo.

Cinco gaviotas, en lo alto,

toman rumbo norte.

Y de abajo, bramando,

llega el ganado,

de la orilla del río,

de donde las colmenas otean

entre las peñas.

El sombrero de paja

sobre el alféizar, y

en la puerta el cesto.

Aroma de narcisos

perfuman la siesta…

 

 

LA FUENTE ROSA

 

Brota la fuente rosa,

donde el avellano se asoma

para avistar el cielo.

Aprieto el paso, cuesta arriba,

hacia el cruce, donde

el camino muere.

Un viento liviano zarandea

las copas frondosas, y

el bosque revive.

El avellano triste

se ríe, inescrutable,

desde su otero, solitario.

Rosa es la tarde, y

rosa es el agua que brota

de la fuente del avellano.

 

 

POR EL CAMINO DE LA FUENTE

 

Noche de atardecer rojo.

Es de terciopelo negro

la piel del silencio.

Como a borbotones

se agolpan en mi pecho,

antes contenidas, ya

desatadas, emociones libres,

con júbilo de sentir.

Plenitud de ser…

La castañera centenaria

eleva sus brazos,

como tentáculos al cielo.

Y las estrellas, cómplices,

se posan arriba,

en sus ramas desnudas,

para dedicarle un sueño.

Hasta el verde de la llanía

se hizo noche.

Las mariposas duermen

por el camino de la fuente.

 

GRACIAS A TODOS

 

El valle se durmió

antes que llegara la noche.

Llegó, y dejó caer

su telón oscuro.

Vino el sueño

a pintar las estrellas.

Y se encendió la luna

para ayudarle mejor.

No cesó de cantar la chicharra

para que no se durmiera.

Y a ratos protestaban

el búho y el sapo, que

sin darse cuenta,

cumplían la misión.

Y hasta el viento, aburrido,

paró de silbar, quedo.

Así fue como, gracias a todos,

logramos hallar el camino

del día siguiente.

 

 

*"EN LA FUENTE

DE LA NOGALERA":

Es un trabajo poético original de

LUIS TAMARGO.

luistamargo@hotmail.com

Santander, AÑO 2002.-

http://galeon.com/poemagenes/index.html

 

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