NO DIGAS NADA

Autor: Alejandro Mármol

 

La noticia apareció en un periódico sensacionalista y decía simplemente que se había producido un incendio. Después de llegar los bomberos, la policía, la prensa, rescatar al hombre, apagar el fuego, le hicieron la pregunta obvia: ¿cómo se inicio el incendio? No sé... estaba en llamas cuando me acosté.

Say No More es el resultado de la lucha por la construcción de un espacio, es la búsqueda desesperada de un lugar, es la muralla alrededor de un refugio. En definitiva:"es". Que quede claro: García no quiso hacer este álbum, nunca se lo propuso, simplemente no tuvo mas remedio, no lo pudo evitar. Imposible como no respirar.

Desde que el primer “ruido” rompe el silencio uno queda prisionero del Constant Concept y comprende, con temor, que García no es el autor de la obra: él es la obra. Y Charly lo sabe, quizás como nadie es conciente de eso y goza entregando, ya no su música, su genio y su talento, sino su desgarbado cuerpo, su sangre, su alma, su llanto y lo que quiera que se suponga que seamos.

Sé que es poco pero podrías entender, que vine aquí en una misión, quiero curar, pero mis manos sólo tocan Amor.

La batería enloquece, los teclados parten hacia un lugar incierto y se quiebran, el violín se aferra como puede a un desorganizado intento por mantener una melodía. Una mujer habla, su acento no tiene patria, no tiene pasado,  Charly desde el off sugiere y presenta.  Esto es otra cosa... ¿quien se atreve a susurrar que no reina la melodia?  Esto  no es un álbum de Rock & Roll, es el grito desgarrado de un hombre prisionero del Constant Concept.

SAY NO MORE

 No digas nada... luego la iglesia... un órgano de iglesia que deja paso a un pianito simple, de los pegadizos, de los bien García, que mezcla y remezcla, que no quiere ver mas caras viejas. Pero el tema, ningún tema, cede a la batería que pierde el tiempo y se entrecorta hasta lo molesto.

La entrada es gratis, la salida vemos... avisa Miguel García por teléfono, y comienzan a escucharse los mensajes del contestador, lo mismo que  Manu Chao hará tres años después (no entiendo a los que hacen lo mismo que yo hice ayer, pero hasta ahí nomás...). Mientras Charly canta con Calamaro un tema con destino que no puede ser mas que Hit, sin embargo  lo revuelve y lo desarma, lo lleva atrás, cada vez mas atrás, hasta que las letras dejen de entenderse. (Cuando lo grabamos se entendía perfecto, confesó el monje tibetano Andrés algunos años después aun sin comprender)

¿Recordas el día que naciste? ¿Recordas el día que recordaste algo por primera vez? Y tal vez tu auto choco la otra mañana y recién extrañaras a tu pequeño perro el día de su cumpleaños.

Say No More es “el disco”, es el disco que García comenzó a preparar hace 25 años y del cual todavía hoy, cinco años después, no logra desprenderse. Por eso tomó su identidad, por eso se entregó vencido. Que nadie se deje engañar: “Cuchillos” con un piano acústico es “Desarma y Sangra”.

Yo sé que quería que alguien, alguien en el mundo piense en mi.  Y es así, nada que hacer, nada que ver, solo películas siempre viejas... la Vanguardia es así. 

Los temas no se cortan pero no siguen unidos, el lazo soy yo, es el que escucha. Los temas son  sólo uno, largo, constante, que cambia de titulo cada tanto. El estribillo pegadizo se pierde debajo de un ensayo de sonidos, de juegos climáticos de un teclado camuflado, en lo que es, definitivamente, la música García. Un piano, un saxo, y nuevamente el florecimiento de la primavera. 

Muda, se deja ir quizás la más bella melodía que Charly nos obsequio en su vida. El fragmento: Constant concept.

Pero las melodías duran sólo lo que se demora en desperezarse la obsesión, y el violín se traba en un acorde del que no puede huir, repitiendo hasta el hartazgo, mientras Charly decide que por fin se escuche su voz, y no es casual, tiene algo que decir: Mi vida es tan triste, yo sé que, existe la voz.

La confesión dura poco y una voz distorsionada recuerda: decía simplemente que se había producido un incendio. La música se mezcla, las voces renacen, los sonidos se acercan al ruido y luego por primera vez, la pausa.

Nada es casual, el único silencio precede a “cuchillos”. A Charly le gusta esta canción, y prepara todo para que el tema te sorprenda y despabile. Que nadie se deje engañar: “Desarma y Sangra” quince años después es “Cuchillos”. 

La música sigue, siempre sigue. Pasa una casa vacía, pasa un pedido “podrías entender”, llega el bostezo, el sueño y todo cae hasta descansar, con un último centelleo de recuerdos de shows, lo que sueña García que es al mismo tiempo la obra y Say No More, antes de dormir, aunque nunca duerme.

Me haré famoso o tristemente celebre.

Terminó.

Todo se construye y se destruye tan rápidamente que no puedo dejar de sonreír.

Hay quienes con liviandad juzgan... por mi lado prefiero agradecer: Gracias Say No More, Gracias García, tu obra, tu música, justifica quince vidas  como la tuya y quizás más. Gracias y no nos dejes solos... que sería de nosotros sin la esperanza de un oasis en medio de tan gris y triste desierto.

 

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